El
Basilisco de doble cresta (Basiliscus plumifrons), es
el "pura sangre"
entre los lagartos. Son animales preciosos, espectaculares
pero también
muy nerviosos y salvajes. No son en absoluto adecuados para
el aficionado
novel o el herpetoculturista que quiere una mascota para
"tocarla y
mimarla". Hemos visto muchos Dragones Acuáticos
montados sobre el brazo
de su amo tranquilamente, pero resultaría muy raro ver esto
en el caso de
un Basilisco. En pocas palabras: son animales para ver pero
no para tocar.
Necesitan
un terrario cuanto mas grande mejor con muchas plantas y
ramas que le
permitan mantener su intimidad. Su alimentación se parece
mucho a la de
los Physignathus pero su carácter es diametralmente
opuesto: un Basilisco
acorralado no duda en morder y desde luego tienen fuerza en
las mandíbulas.
Si
tienes ya alguna experiencia con otros lagartos y deseas
disfrutar observando a un animal realmente precioso y
original, entonces te recomiendo un Basilisco! Como siempre
es recomendable que proceda de cría en cautividad.
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